KYRIE ELEISON

     

los 7 libros

01

   

DENUNCIA

     

a Dios lo que es de Dios

PROFETAS


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  Cuando hablamos de cosas humanas y nos metemos de lleno en ese remolino de vanidades, también vanidades inocuas e inofensivas, entonces podemos hablar a gusto de méritos y deméritos humanos. Y podemos alabar efusivamente, y con la misma efusión que encumbramos a unos, descalificamos la obra de otros. En realidad, si no se rebasan ciertos límites todo esto es muy sano.

Pero cuando hablamos de cosas de Dios, es más, cuando pretendemos con nuestras palabras acercarnos a lo eterno y hablamos “en el nombre de Dios”, entonces hay que salir muy deprisa de ese mundillo de sanas vanidades, porque ahora ya no son ni tan sanas, ni tan inocuas, ni tan inofensivas.
Es más, la vanidad dentro de este terreno es una de las causas, si no es la causa principal, de la división de las iglesias, y de toda esta blasfemia que contemplamos en el mundo del cristianismo donde se utiliza el nombre de Cristo para la gloria de unos cuantos caraduras que han encontrado en un mensaje un filón de oro para hacerse notar, o para enriquecerse.

El que no es fiel en lo poco no puede ser fiel en lo mucho. Si transigimos en lo pequeño porque nos parece inocuo en su pequeñez a pesar de que sea la semilla de la mala hierba, entonces no estamos recogiendo sino desparramando. Porque de su propia semilla nace la mala hierba, no brota por generación espontánea.