KYRIE ELEISON

     

los 7 libros

05

   

DENUNCIA

     

conciencia e intimidad

IGLESIAS INSTITUCIONALES


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  A un hombre se le puede robar su esfuerzo, su vitalidad, haciéndole trabajar por una paga mísera. Así unos consiguen enriquecerse a costa de la vida de otros.
A un hombre se le puede robar su libertad de expresión imponiéndole una ideología y amenazándole con severos castigos en el caso de que exprese algo que la contradiga.
 
Pero no existe mayor robo ni más cruel que robarle a un hombre su conciencia.
La intimidad interior del ser humano es el templo donde Dios se comunica con cada uno de sus hijos. La conciencia es lo más sagrado sobre la tierra.
 
Aquellos que se introducen en la intimidad de los demás y condicionan su conciencia, están irrumpiendo en un territorio tenebroso.
La intimidad, la libertad de conciencia de cada hombre es propiedad privada de Dios, y de nadie más. El que se atreva a entrar en ese territorio para sacar a Dios fuera y situarse él, está buscando su propia perdición.
 
Muchos acusadores creen ver en la iglesia católico-romana "la gran ramera" del Apocalipsis, pero luego entras en sus iglesias y no observas personas, sino clones. Les han robado su conciencia y en su lugar han puesto una ideología. Han enmudecido a Dios.
 
¿Quién está justificando los abusos de la iglesia católico-romana? Yo no.
Pero los profetas de Israel eran israelitas, y no dejaron de serlo por el hecho de ser despreciados. Ni Jesucristo fue a morir a Roma, sino a Jerusalem.
 

Ladrón de conciencias es aquél que crea sentimientos de culpa en sus hermanos por motivos en los que la propia conciencia no les denuncia.
Ladrón de conciencias es aquél que crea miedos, pánicos infundados al infierno, crueldad sin límites, y todo ello por razones que la propia conciencia no alcanza a comprender.
Ladrón de conciencias es aquél que hace de las iglesias cárceles donde los hombres no encuentran la libertad en la Verdad, sino que se ven absolutamente mediatizados por sus pastores: en su manera de pensar, en su manera de sentir. ¡Muchos terminan seriamente dañados psicológicamente!