KYRIE ELEISON

     

los 7 libros

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ESPIRITUALIDAD

     

la Trinidad: El Padre

LA TRINIDAD


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  El hombre se observa interiormente y toma conciencia de su identidad en el "yo". Luego mira al exterior y se da cuenta de que cada hombre tiene la misma conciencia que él. Se acerca, observa los pensamientos, los sentimientos de su prójimo, y toma conciencia de otra realidad: Su propio "yo" no lo abarca todo, pues existen otros que son expresión de él mismo, sólo que existe una distancia entre él y el resto de los seres humanos.
La convivencia demuestra que esta distancia es circunstancial, así que existe necesariamente algo que está por encima de cada hombre y que la identidad de cada uno no es sino una expresión finita de una identidad superior que lo abarca todo.
También el hombre se reconoce a sí mismo en la naturaleza y en todo lo que existe, y así llega al descubrimiento de Padre Dios.

Todo lo que existe tiende a unirse, a conciliarse y entenderse. No en una fusión ontológica, sino en un entendimiento, en una comunión que permita la perfecta Unidad en la diversidad. Por eso decimos que Padre Dios es Amor, porque siendo todo lo que existe expresión de Él, todo tiende a conciliarse de la misma manera que cada ser del universo busca la conciliación de sus miembros y órganos, y también de sus ideas y sentimientos en la unidad de su propio ser. Un ser dividido es un ser enfermo.
Pero el Amor no es un sentimiento. Suscita sentimientos pero no es un sentimiento, es una conciencia de identidad: "Yo no soy algo distinto que tú, tú no eres algo distinto que yo. Mi identidad no es independiente a la tuya, ni la tuya es independiente a la mía". Esto es Amor.
Cuando esta conciencia de identidad ha sido llevada a la totalidad del Cosmos, el hombre también toma conciencia del Amor de Dios.

Aquí tenemos el Tao de los taoístas, el Alá de los musulmanes y, más concretamente, de los sufíes: Unidad perfecta que escapa de la dimensión temporal.
Éste es el Dios de todas las religiones naturales: el que siendo Uno, concilia toda la creación en la Unidad. Por eso este Dios nos lleva a amar al prójimo, a perdonar y a buscar la paz y la comprensión entre todos los seres humanos, y también en relación con la propia Naturaleza, que, siendo expresión del mismo Dios, es consecuentemente parte de nuestra propia identidad.
Pero este concepto de la divinidad no es dinámico, sino estático. Los hindúes buscan el nirvana, y ahí parecen fundirse con la Unidad que todo lo abarca.
Lo cierto es que esta unión con la divinidad por medio del nirvana no es ni estable ni eterna.