KYRIE ELEISON

     

los 7 libros

58

   

ESPIRITUALIDAD

     

la Trinidad: El Hijo

LA TRINIDAD


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  A partir de la fe de Abraham, el pueblo judío toma conciencia de otra faceta de la divinidad: Dios es capaz de actuar de una manera directa, abriendo caminos y protegiendo a un pueblo que camina en la búsqueda de una promesa.
Aquel Dios Amor permitía que el cielo tratara a los hombres como perros de paja, porque no tenía preferencias, y todo era igualmente importante para Él.
Pero Yahvé tiene preferencias porque quiere trazar un camino. Todo no es igualmente importante, todo no se desarrolla en un continuo devenir que no alcanza nunca el reposo, y que gira y gira sin detenerse y sin buscar meta alguna, sino que hay una "tierra que mana leche y miel".

A partir de esta fe, se gesta una generación de reyes que culmina en la aparición del Mesías, Jesucristo, que es el Hijo de Dios, y que por lo tanto no es distinto al Padre que lo engendró.
Jesucristo expresa otra faceta de la divinidad que es el "Amor en movimiento". Hay metas que alcanzar, hay un Camino que recorrer, hay promesas que sin lugar a dudas se van a cumplir por medio de la fe de los hombres.
Jesucristo, por lo tanto, nos descubre algo más del Padre. Le da pleno sentido a la existencia del hombre al señalar una dirección. Ya no basta con que los hombres se miren unos a otros y así tomen conciencia de la Unidad divina, es necesario ponerse en Camino para alcanzar de hecho esta Unidad, que es la plenitud del Amor alcanzada por medio de la fe.