KYRIE ELEISON

     

los 7 libros

59

   

ESPIRITUALIDAD

     

la Trinidad: El Espíritu Santo

LA TRINIDAD


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  El verdadero orden es siempre fruto del movimiento.
Ningún orden es estable si se detiene en el reposo estático, sin embargo el orden que se renueva y que señala hacia una dirección que no esta dentro del propio orden, este orden es estable.
Una fotografía instantánea de los astros en la noche no nos puede dar ninguna idea de orden, todo lo contrario. Sin embargo, si observamos los astros en el movimiento y reconocemos sus ciclos y giros, ahí descubrimos la armonía del cosmos.
El orden exterior permite que los hombres puedan convivir en paz. El orden interior de cada hombre le permite reconocer las cosas que le rodean con objetividad y actuar en consecuencia.

Así pues, cuando Cristo murió y resucitó, nos dejó una herencia: El Paráclito, el Espíritu Santo, el Espíritu de la Verdad, que es el Orden divino llegado al mundo y el único que puede llevar toda la creación de Dios por el Camino verdadero que conduce al Padre.
Es el que ilumina al hombre de Dios permitiéndole ver la verdad de las cosas, y le guía por el Camino certero en cada instante de su vida. Esta es la tercera faceta de la presencia de Dios en el mundo.
La Trinidad es, pues, una manera secuenciada de descubrir a Dios: A partir del Amor, luego llega el impulso que da sentido a todo lo que ocurre, y por último el Orden generado a partir de este movimiento.
No es que Dios esté dividido, es que los hombres no podemos concebir su presencia de una manera simple e instantánea, sino que hemos de analizarla en estos tres aspectos que nos son asequibles por separado, pero que no nos es posible concebirlos juntos en una sola idea. El hombre va tomando conciencia de la divinidad poco a poco, a medida que limpia su mente de ideas y su corazón de emociones y pasiones.