KYRIE ELEISON

     

los 7 libros

73

   

VERDAD INTERIOR

     

silencio interior

DESCUBRIMIENTO INTERIOR


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  Me gusta el silencio.
Antes, hace años, me hubiese resultado imposible guardar absoluto y verdadero silencio interior. Y no sólo por una incapacidad circunstancial, sino por el hecho de que no le encontraba sentido.
“Silencio interior”, palabras sugerentes. Pero si mediante este silencio no se alcanza un objetivo más o menos inmediato, no vale la pena detenerse demasiado tiempo en él.

Ahora sé guardar silencio. Ahora sí que para mí tiene sentido.
No hay ningún objetivo que alcanzar: no guardo silencio para obtener ninguna compensación inmediata fuera del propio silencio.
La recompensa está dentro del vacío, en medio de esa nada del pensamiento y la emoción.

Ahí, en el silencio, mi “yo” y el “Yo” divino tienden a fundirse.
Esta fusión no es posesiva, no hay recompensa ni intelectual ni emocional. Ahí nada se detiene dentro de mi “yo”, sino que pasa y se renueva, y sólo es posible permanecer en el silencio si lo dejamos marchar. Lo perdemos para no perderlo. Lo ignoramos para que no se vaya...

El beneficio inmediato de la comunión con Dios nunca es para aquél que le invoca, sino para todos los demás. Dios sólo se manifiesta abiertamente a aquél que no mira por sí mismo, en ningún sentido, bajo ninguna circunstancia.
Dios no “dice” cosas, sino que las muestra.
Vemos como si siempre hubiésemos visto. Las cosas se muestran tal cual son, con una sencillez aterradora, que sólo es soportable en el silencio más riguroso.