KYRIE ELEISON

     

los 7 libros

82

   

EL REINO

     

volver a nacer

COMO EL VIENTO


anterior - índice - siguiente

             
  Convertirse al cristianismo es, para muchos, quitarse una vestimenta y ponerse otra. Si antes creían en unas cosas, ahora creen en otras. Si antes tenían unos hábitos, ahora adoptan otra rutina. Antes leían y estudiaban unos libros, ahora otros.
Eso está bien, es necesario un cambio de dirección en la vida para llegar a resultar impregnados por otra escala de valores: valores eternos.

Pero el “volver a nacer” del que Jesús habló, es algo mucho más profundo.
Si se tratara simplemente de un cambio de actitud, entonces ya todo estaba resuelto: Un acto de fe, un bautismo, y un poco de perseverancia. Y entonces Nicodemo no hubiese mostrado tanta extrañeza: “¿Cómo puede el hombre nacer siendo viejo? ¿puede entrar otra vez en el vientre de su madre, y nacer?”

Volver a nacer es entrar en una dimensión absolutamente distinta del ser. Las cosas no se transforman desde fuera hacia dentro, sino que es como si desde lo profundo del ser emanara una fuerza que disuelve enteramente el “hombre viejo” dejando lo exterior para el final.
No mediante actitudes que el hombre toma conscientemente. No mediante hábitos que adquiere. No mediante información que recopila desde fuera.

¿Cómo sabemos que un ser humano ha vuelto a nacer?:
¡Es como el viento! ¡Es impredecible! No porque él pretenda sorprender, sino porque todos sus actos están sostenidos por algo que está por encima de él.
Del hombre nacido en el Espíritu nadie sabe de dónde viene ni a dónde va. Su pasado no nos dice nada de su presente. Conocemos su Norte, pero nunca sabemos a dónde se dirige.